jueves, 10 de noviembre de 2011

Y siguió estrictamente las normas

Se levantó en aquel lugar: ducha fría, desayuno con cereales, lácteos y frutas, ocho horas y media de trabajo le dijeron. Paró, tragó. Siguió. Realizó una hora de ejercicio, fue al curso de perfeccionamiento de idiomas, mantuvo una charla interesante sobre actualidad con un amigo, fue a la presentación de un libro, una sopa para cenar, leyó durante treinta minutos. Se fue a dormir las ocho horas recomendadas, no sin antes vomitar una docena de pájaros y pensar: mañana no vengo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario