domingo, 13 de diciembre de 2020

Morir de amor en tiempos de pandemia

Andamos protegiéndonos tanto de la muerte, que nos estamos muriendo a destiempo. Hoy en la alcantarilla de esa esquina que guarda los secretos vi tirados un puñado de besos. Faltan manos que los recojan. Caída libre, pieles intactas. El invierno cubre las toquillas de nuestros abuelos, que duermen imaginando saltar los días que no nos vemos. Me pregunto cuánto nos esperarán las alegrías que gritan, espero que tengan paciencia y vuelvan llenas. Con abrazos sin remordimientos y risas sin tapadera. Se hace larga la espera de lo que no llega. Mientras tanto, tendremos que vacunar corazón y espíritu, porque anuncian heladas y de esto también se muere uno.