jueves, 8 de agosto de 2013

Carla

Anochece. Vuelve a amanecer.
Saludos al sol dormidos.
Pisadas cansadas. Insomnio.
Crujen las ventanas cerradas y continúa siendo verano.

Cae la noche y la vida llama.
Ya nada importa lo que pesaba.

Surge el llanto, la risa y el sueño.

Sin suma ni resta, el poder de lo exacto.
Lo auténtico.
Una página en blanco y la verdad en los brazos.