domingo, 27 de octubre de 2013

Siempre niños

He pensado pedir una cita. Quiero una cita con la niña que habita que en mi, el niño que duerme en ti. Iré despeinada y con la camiseta manchada de helado de chocolate, tú en bañador y con la fastidiosa pelota. ¡Vamos, niña! - me gritarás impaciente desde la playa con ojos alegres. Yo te tiraré del pelo y te retaré a una carrera: ¡Hasta el detector de barcos! Tocar y volver, siempre hay que tocar. La mente en blanco de niños, pero con dibujos; las risas, disparadas desde las entrañas al aire que respiras. Haremos volteretas. No sabemos si esto rueda, pero con nuestro propio eje funcionará. Después de caer la tarde construiremos un castillo de arena con canal subterráneo para que lleguen los mensajes en botella y pista de aterrizaje para extraterrestres buenos y brujas, brujas. Es hora de cenar y acordamos, sin mareas ni lunes, terminarlo mañana. Regresaremos a casa mojados mientras el mar se traga el sol, tú tiras piedras y yo invento canciones. No harán falta las palabras.
- ¡Adiós, narizona!
- ¡Adiós, cabezón!

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